La debilitada firma petrolera sudamericana se ha visto obligada a recortar sus entregas a su importante socio comercial.
Venezuela renunció a su lucha por la codiciada cuota de mercado en India debido a una combinación de la reducción de la producción de crudo y a las enormes obligaciones de los acuerdos financieros con China y Rusia, según datos internos revisados por Reuters y dos fuentes familiarizadas con las operaciones y estrategia de la compañía venezolana.
La nación sudamericana necesita el petróleo para pagar a Rusia y China, aliados políticos claves que han prestado a Venezuela al menos 50.000 millones de dólares a cambio de crudo y combustible.
“Su producción está disminuyendo constantemente, lo que implica menos suministros a India”, dijo Ehsan ul Haq, un analista de la firma consultora KBC Energy Economics, con sede en Londres.
En el 2013, cuando las exportaciones y los precios del petróleo estaban altos, PDVSA obtuvo casi 14.000 millones de dólares por sus ventas a India, una de las grandes economías con el crecimiento más rápido del mundo.
El año pasado, tras el colapso de los precios del crudo, esa cifra cayó a 2.700 millones de dólares, según un análisis de Reuters en base a los datos de PDVSA.
Ese retroceso significó menos ingresos en divisas para la aislada economía venezolana, lo que profundizó la recesión en un país que vive una escasez crónica y alta inflación.
El petróleo representa casi la totalidad de los ingresos de exportación de Venezuela y muchos de los clientes de esa nación pagan el crudo en especies, con alimentos y suministros médicos, por ejemplo. India es uno de los pocos socios comerciales que compran a PDVSA grandes volúmenes de petróleo y cancelan en efectivo.
Por lo tanto, las menores ventas a las refinerías de India erosionan aún más el flujo de caja de la estatal venezolana, así como su capacidad de pagar abultadas deudas a proveedores y contratistas, lo que ha causado retrasos en entregas y cancelaciones a nivel mundial.
“La unión del sur se tambalea”
La pérdida de ventas de crudo a India es un trago amargo para la Venezuela socialista, que se esforzó en abrir mercados no tradicionales y lejanos como una manera de reducir su alta dependencia comercial con Estados Unidos, un enemigo ideológico aunque comprador cercano.
Los envíos a Estados Unidos han caído, pero sigue representando la mayor parte de las ventas de PDVSA. La unidad de refinación Citgo Petroleum es el mayor receptor de estos envíos a Estados Unidos.
Los problemas de Venezuela están afectando a las compañías petroleras de la India y han desgastado las relaciones bilaterales, así como las de PDVSA con otros socios comerciales en todo el mundo.
Presionada, Venezuela empezó recientemente a liquidar deudas, pagando a ONGC el dinero que cobra por la exportación de 17.000 barriles por día, lo que significa que se está utilizando más petróleo para financiar los pagos de acreencias.