Desde 2010, se han invertido más de 7.000 millones de dólares mediante la colaboración del sector privado con el Estado, esto ubica a Uruguay a la vanguardia en materia de energías renovables, con un 62 % de participación en la matriz primaria, mientras el promedio mundial es del 19 %, según los últimos datos de 2016. El desarrollo de esta infraestructura ha permitido transformar a este país en exportador neto de electricidad.

Uruguay consiguió reducir significativamente su sometimiento histórico para generar energía a las condiciones climáticas y a los combustibles fósiles y, por el contrario, pasara a ser un país exportador neto de electricidad, gracias a La puesta en marcha de diversas iniciativas aplicadas desde 2010.

El logro se alcanzó a partir de un incremento sin precedentes de las fuentes renovables en la matriz primaria de energía, que posicionó a Uruguay a la vanguardia mundial en su uso. Tal afirmación queda demostrada con la exportación de 1.122 giga-vatios por hora (GWh) por año entre 2014 y 2016, que representó el 9,5 % del total de la electricidad generada, en promedio, durante ese lapso.

Uruguay ocupa el tercer puesto global respecto del nivel de inversiones en la materia en relación con el producto interno bruto (PIB), según el último informe de 2016 de la REN 21, la red mundial de políticas en energía renovable que conecta a gobiernos con la sociedad civil, la academia y organismos internacionales.

Esto gracias a una política de Estado que realizó una fuerte apuesta a las energías renovables, con importantes metas de incorporación en el corto plazo y atractivas ventajas impositivas que contribuyeron al desarrollo del sector. El Plan de Infraestructura 2015-2019, de un total de 12.500 millones de dólares, destina 4.230 millones al sector energético.

Uruguay tiene una ubicación privilegiada, que le otorga condiciones naturales favorables para la generación de energía solar, eólica, hidráulica y la posibilidad de oportunidades de generación a partir de la biomasa asociada a la producción agroindustrial.

El Plan Nacional de Eficiencia Energética (PNEE) 2015-2024 establece las líneas de acción necesarias para promover la disminución eficiente de la demanda energética a nivel nacional, con el fin de alcanzar una meta de energía evitada de 1.690 kilotep (miles de toneladas equivalentes de petróleo, por sus siglas en inglés) en el período mencionado.

El PNEE y la Política Energética 2005-2030 están alineados con el compromiso asumido por el país durante la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21), de diciembre de 2015 en París, de contribuir a la mitigación de la emisión de gases de efecto invernadero.

 

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