El gobierno de Michelle Bachelet impulsó un plan de desarrollo de inversiones en el sector eléctrico, este consideró a Enap como un vehículo para introducir mayor competencia, para lo que incluso debió ingresar un proyecto de ley que permitió ampliar su giro y permitirle participar en el negocio de la generación de electricidad y licitaciones a clientes regulados. Ello desató duras críticas de otros actores del sector, quienes no veían con buenos ojos que el Estado tuviera un rol de regulador y regulado.

En diciembre de 2015 Enap sorprendió al anunciar un acuerdo con la japonesa Mitsui, firma que se convertiría en su socia en dos iniciativas eléctricas en base a ciclos combinados de gas natural: la central Luz Minera, con una capacidad de 760 MW y emplazada en Mejillones, y Nueva ERA en Concón, de 510 MW de capacidad. Entre ambas iniciativas tenían una inversión estimada de US$ 1.300 millones.

Los procesos de licitación a clientes regulados cayeron a precios históricamente bajos, gracias a las energías renovables, lo que hizo poco competitivas las ofertas en base a GNL. A eso se le sumó una posterior modificación de las bases de las subastas, que hizo todavía más compleja la participación de este tipo de centrales en el proceso. Así, la sociedad terminaría desistiendo de realizar el proyecto del norte del país.

Enap decidió extender y ampliar el acuerdo que mantiene con la japonesa y comenzó la exploración de nuevos negocios y nuevos socios, que no sólo se enfocaran en la construcción de ciclos combinados en base a GNL. De acuerdo con fuentes cercanas al sector eléctrico, la sociedad entre la estatal y Mitsui estuvo en su momento interesada en asociarse con Valhalla Energía, iniciativa de Juan Andrés Camus y Francisco Torrealba, idea que finalmente no prosperó. Además, las mismas fuentes señalan que también estuvieron mirando algunas iniciativas en Argentina, sin llegar a concretar algún negocio.

Alfredo del Carril, gerente de Gas y Energía de la estatal, dijo que desde Enap señalaron que la firma estatal acordó profundizar la sociedad con la japonesa hasta 2019, permitiendo la colaboración de ambas empresas en los negocios de gas, petróleo, y energías limpias. “Con este nuevo acuerdo seremos capaces de unir las fortalezas de nuestras empresas para buscar negocios dentro de una gama más amplia de alternativas en gas y energía. Los mercados están cambiando de manera rápida, tanto en Chile como en los países vecinos, por lo que Enap y Mitsui redefinieron su alianza, adecuándola a esta nueva realidad”, sostuvo.

Considerado el proyecto que daría el vamos a la incursión de Enap en el sector de la generación eléctrica, la central de ciclo combinado Nueva ERA se presentó al proceso de licitación eléctrica a clientes regulados de 2016. Sin embargo, una modificación de las bases de la subasta hizo que las centrales en base a GNL fueran poco competitivas y quedaron fuera del proceso que finalmente adjudicó 12.430 GWh a un precio promedio de US$ 47 por MW.

Al tomar en cuenta que apenas se subastaron 2.200 GWh, son pocas las posibilidades de construcción que posee la iniciativa. Es por esto que, de acuerdo a conocedores de la industria, Enap decidió suspender la tramitación ambiental del proyecto hasta que el mercado desarrolle las condiciones necesarias que sustenten la construcción de una iniciativa en base a GNL.

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