A Petróleos de Venezuela (PDVSA), además de las deudas financieras que acumula también se agregan las obligaciones o pasivos que tiene la empresa por el descuido en su política ambiental, cuyo monto para 2005 era de mil millones de bolívares, y las referencias actuales indican que muestra un incremento ubicándose en más de 1.000 millones de dólares debido a que la corporación no adoptó correctivos, advirtió Juan Carlos Sánchez, ingeniero y experto ambiental, quien trabajó por más de 20 años en la compañía en esa área.
El experto ambiental dijo, al participar en el foro La Recuperación de PDVSA y el futuro del petróleo venezolano, organizado por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS), “La actual crisis financiera, gerencial, la corrupción, falta de capital humano calificado también ha afectado la gestión ambiental de la empresa, lo cual es evidente cuando se sabe que se dejaron de hacer programas para el saneamiento de fosas abiertas, que no se realizan estudios que midan el impacto de los derrames en los ecosistemas a largo plazo, y que han aumentado los accidentes por gases contaminantes”. Agregó; “Las estadísticas nos revelan que el número total de derrames se cuadruplicó y el volumen derramado se quintuplico, según cifras oficiales de PDVSA, al comparar los derrames de 2009 a 2015”.
Sánchez asegura que la recuperación de la industria petrolera y de PDVSA implica necesariamente un fortalecimiento de su gestión ambiental, la cual pasa por una auditoría técnica y evaluar la capacidad disponible con la que se cuenta para determinar los recursos humanos financieros, humanos y tecnológicos que se requieren. “La deuda ambiental de PDVSA es una barrera que imposibilita la ayuda multilateral para la empresa, que requiere de enormes inversiones, y por ello acude a capitales privados, pero ellos también requieren de reglas claras en el país, que incluyen la salvaguarda del ambiente”, acotó.
Señaló el ingeniero en su exposición que los pasivos ambientales de la industria petrolera se comenzaron a generar desde el mismo momento que se inició la actividad petrolera a principios del siglo XX “En 1922 cuando se produjo el reventón del pozo Los Barrosos II, todos los responsables del pozo estaban muy contentos porque fue como especie de erupción de riqueza; sin embargo, la crónicas de la época dejan constancia de que un chorro de petróleo de 40 metros de alto estuvo fluyendo a razón de 100.000 barriles por día durante 9 días, es decir se produjo un derrame de 900.000 mil barriles. Quizá uno de los más grandes hasta nuestros días”, indicó.
El experto mencionó que el Gobierno venezolano suscribió el Acuerdo del Cambio Climático de Paris, propiciado por Naciones Unidas, que implica la meta de reducir en 20% las emisiones de gases contaminantes para el año 2030 y eso pasa por la adopción de medidas como la de disminuir la “quema” o y venteo de gas asociado al petróleo en el oriente del país y aprovechar este hidrocarburo para la operación de plantas termoeléctricas en sustitución del diésel; y la reducción de los subsidios en esta actividad.