La agencia de calificación de riesgo, Moody’s advirtió que la nueva agenda energética de la administración de Andrés Manuel López Obrador presenta riesgos crediticios para Petróleos Mexicanos (Pemex), ante su enfoque de autosuficiencia.
Señaló la calificadora que el plan de controlar precios de gasolinas y diésel, dirigir inversiones a la construcción o mejora de refinerías, y de retrasar las subastas de petróleo y gas suma incertidumbre en torno a si Pemex puede continuar aprovechando los precios favorables del petróleo y el sólido apetito de inversión de las compañías extranjeras, de riesgo crediticio en un reporte.
Nymia Almeida, senior vicepresident de Moody’s, comentó que “Las operaciones y calidad crediticia de Pemex han mejorado lentamente desde 2016, después de hacer ajustes importantes a sus gastos operativos e inversiones de capital”. El principal riesgo financiero para Pemex es la construcción de nuevas refinerías, suponiendo que la paraestatal petrolera fuera responsable de su construcción y propiedad.
López Obrador planea construir dos nuevas refinerías con una capacidad de producción de 300,000 barriles por día o una refinería con el doble de tamaño, por un total de 6,000 millones de dólares. Sin embargo, los sobrecostos son comunes y nuevas refinerías pueden terminar costando múltiples veces el monto original presupuestado.
Almeida comentó que; “De llevarse a cabo los planes de estas refinerías, mismos que todavía no están confirmados, los indicadores crediticios de Pemex se debilitarían por el financiamiento de una inversión de este tipo con deuda, al mismo tiempo que se distraerían recursos que la compañía necesita dedicar de manera primordial a la producción de petróleo y gas”.
La estatal petrolera mexicana aumenta la generación de efectivo con las exportaciones de crudo, sin embargo, todavía se encuentra presionada para aumentar las inversiones de capital en exploración y producción debido a que su producción de petróleo y gas ha bajado desde 2004. Los mayores precios del petróleo han soportado los ingresos, pero la utilidad de su unidad de Exploración y Producción después de considerar los costos de fondeo, continúa por debajo del nivel de punto de equilibrio.
Existe otro riesgo para las finanzas de la petrolera y habita en si el gobierno de AMLO controlará los precios del combustible. Los precios del crudo han incrementado y el debilitamiento del peso ha encarecido la producción del combustible. La empresa productiva del Estado paga el crudo en dólares americanos, sin importar si lo produce o lo importa. Actualmente, los impuestos representan alrededor de 30% de los precios del combustible puesto en las bombas despachadoras.
“La nueva administración pudiera ajustar los impuestos para mantener la estabilidad de precios, pero ajustar los precios del combustible en línea con la inflación provoca incertidumbre sobre la generación de efectivo para Pemex”.
Y como tercer riesgo se encuentra en las asociaciones extranjeras y si Pemex tendrá capacidad para continuar haciendo estas asociaciones. A marzo de 2018, PEMEX con una calificación Baa3/Aa3.mx estable, tiene deuda por más de 106,000 millones de dólares y pasivos de pensiones por 64,000 millones. Es el deudor más grande de todas las petroleras calificadas en el mundo.