Gustavo Lopetegui, secretario de Energía, informó a las petroleras la decisión oficial sobre la disminución de subsidios a la producción de gas en Vaca Muerta. El Estado seguirá pagando un diferencial entre el precio de gas del mercado y el obtenido por las empresas que se acogieron a una resolución oficial (la 46, publicada por el entonces ministerio de Energía en marzo de 2017). Sin embargo, lo limitará a los “planes originales” presentados por las compañías cuando adhirieron a la regla, según creen en el sector. Es decir que aquellas empresas que producen más de lo estimado experimentarán cierta reducción del dinero que reciben.
Los planes de las empresas para Vaca Muerta durante este año, se vino paralizando debido a la incertidumbre sobre los subsidios. Aquellas que ya reciben el beneficio -previsto en US$ 7 por millón de BTU (la unidad de medida)- dudan su planificación si ese ingreso disminuye. Y las que no reciben subvención se preguntan cómo será la competencia. No es lo mismo pelear en un mercado libre que en otro donde algunos jugadores ya cuentan con ingresos garantizados, según razonan en este segundo grupo.
Revisarán una medida adoptada por el ex ministro de Energía, Juan José Aranguren. En ese momento, se buscó estimular la producción. El cometido se logró -hoy sobra gas la mayor parte del año- pero las necesidades fiscales del Poder Ejecutivo se modificaron. El ministerio de Hacienda considera que no puede desembolsar subvenciones que comprometió en 2017. La secretaria de Energía cuenta con $ 48.000 millones (cerca de US$ 1.200 millones) para la “formulación y ejecución de políticas hidrocarburíferas”. Esa partida incluye las subvenciones al gas en Vaca Muerta.
Las empresas se comprometieron a alcanzar ciertos niveles de producción cuando se dedicaban a gas nuevo en Vaca Muerta. El Estado les iría pagando un “plus” en una escala decreciente. Aunque hay declaraciones privadas sobre esos niveles de producción, esos números no son públicos.
La compañía que más invirtió por gas nuevo en Vaca Muerta fue Tecpetrol, de Techint, fue. Se estima que sería la firma que quedaría desfasada en el nuevo escenario, ya que sus niveles de producción serían superiores a los que predijo inicialmente. Como los datos no son públicos, eso se desprende de informes que circulan entre privados. Para el próximo 11 de febrero está prevista una consulta sobre la provisión de gas durante el invierno. Allí, se supone que las productoras y distribuidoras podrán tratar de pactar libremente, recreando algo parecido a un mercado, como fue hasta la devaluación de 2001/02.
Esta actualización de las reglas de juego sobre los subsidios puede generar alguna demanda judicial y el gobierno lo sabe. También puede echar una sombra -en especial, frente a inversores internacionales- al sector que pretende mostrar como el nuevo motor de divisas para el país. Apuestan a que los efectos negativos de esa decisión se diluyan en el tiempo y los positivos duren. Pero también saben que habrá reacciones porque se “cambiaron las reglas de juego”, aunque creen que el mercado las entenderá.