YPF redactó un borrador del proyecto de Ley para promocionar la construcción de una terminal de licuefacción de gas por US$ 5000 millones. Esta semana se presentó a la primera plana del Gobierno. Régimen de promoción impositiva para la planta de LNG. Quieren ingresar la iniciativa en el Congreso antes de que finalice el año.
Directivos de la petrolera bajo control estatal redactaron durante las últimas semanas un primer borrador del proyecto de Ley para promocionar la exportación de Gas Natural Licuado (LNG). La iniciativa fue presentada esta semana ante las altas esferas del gobierno que encabeza Mauricio Macri. El texto ya estaba en manos desde unos días antes de funcionarios de la Secretaría de Energía que dirige Gustavo Lopetegui. Ahora Presidencia deberá definir si le da luz verde al proyecto. En ese caso, se buscará consensuar y pulir el borrador con el resto de las empresas productoras de gas y presentarlo en el Congreso. La intención, de mínima, es participarlo con las distintas fuerzas políticas durante el último cuatrimestre del año.
Para la petrolera, la aprobación del proyecto es una condición sine qua non para materializar la construcción de una terminal de licuefacción de Gas Natural Licuado (LNG) en la Argentina. Es la mayor obra de infraestructura que impulsa la petrolera que preside Miguel Ángel Gutiérrez, que está invirtiendo US$ 8 millones para realizar un estudio de ingeniería básica de la planta de licuefacción. Esa primera evaluación estará lista a fin de año y permitirá saber cuál de los anteproyectos que están en carpeta es el más conveniente.
La iniciativa que promueve YPF cuenta con dos pilares centrales
Primero busca blindar regulatoriamente la exportación de gas a largo plazo, habilitando la firma de contratos de venta de LNG por plazos de hasta 20 años. Eso implica, en la práctica, dictar través de una ley todo un cuerpo de normativas que asegure la consistencia del negocio de exportación. Y en segundo lugar, el proyecto contiene un capítulo fiscal, tal vez es el más relevante, que prevé una serie de modificaciones impositivas que funcionarán como incentivos a la inversión en la terminal de licuefacción, que costará unos US$ 5000 millones. Es una inversión mayúscula que necesita de esquemas que garanticen su repago, explicaron allegados a la iniciativa. La sanción de una Ley es la única vía para alterar el marco impositivo.
Ese régimen promocional prevé, por ejemplo, una rebaja de la alícuota de IVA para los insumos utilizados y un esquema de amortización acelerada del capital invertido que incluye distintos beneficios como la devolución anticipada del crédito fiscal. nDesde YPF indicaron que lo presentado en Energía es tan sólo un punteo generalista con los temas principales que debería incluir el proyecto de Ley. Desde la cartera que dirige Lopetegui indicaron, en cambio, que el texto presentado está redactado con el tradicional articulado que prevé la técnica legislativa.
Este proyecto requerirá también de consensos con las provincias petroleras, dado que también están previstos alineamientos comunes en materias de regalías, Ingresos Brutos e Impuesto a los Sellos, según aseguraron fuentes gubernamentales y privadas al tanto del proyecto. Entre los fundamentos del proyecto de Ley figura un estudio de legislación comparada con la regulación de países que ya cuentan con terminales de exportación de LNG como EE.UU., Perú y Australia entre otros. Si la Argentina aspira a sumarse a ese selecto grupo, primero debe competir en igualdad de condiciones en materia impositiva, razonan los privados. Habrá que ver si el Ministerio de Hacienda, a cargo de Nicolás Dujovne, comparte esa visión. También, llegado el caso, cuál es el feedback o la recomendación de los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), para nada propensos a avalar esquemas impositivos de promoción.
La Ley de promoción que impulsa YPF deberá precisar cómo despachará la planta de licuefacción de LNG con relación al abastecimiento interno de gas; el objetivo prioritario de la Ley 17.319 (de Hidrocarburos). Concretamente, la nueva regulación tendrá que establecer cómo se adaptarán los contratos de exportación de LNG a un mercado como el argentino, caracterizado por una gran estacionalidad (el consumo de invierno es hasta un 30% más alto que en verano). Precisamente, uno de los desafíos que tiene por delante la industria, si pretende viabilizar la construcción de la terminal de LNG, es clarificar cómo resolverá a futuro esa estacionalidad tan particular del mercado doméstico.
El concepto que apuntala la instalación de una planta de licuefacción —hoy, apenas, una idea germinal de muy dificultosa implementación— es la necesidad de encontrar nuevos mercados para colocar el gas de Vaca Muerta y de otras cuencas hidrocarburíferas. La exportación de gas hacia Chile y eventualmente hacia el sur de Brasil (inclusive hasta San Pablo para abastecer a la industria paulista) no configura el volumen necesario para viabilizar la explotación de los recursos no convencionales de Neuquén. Ahí entra en escena la planta de licuefacción de LNG con el objetivo de poder exportar el gas argentino hacia el mercado asiático (en especial a China).
Algunas voces de la industria proponen también que, a la par de poner el foco en el mercado de LNG, el proyecto de Ley también tenga la versatilidad suficiente como para fraccionar desarrollos en el parque petroquímico. “De lo que se trata, en última instancia, es de crear nuevos mercados para el gas. La petroquímica es un gran agregador de valor al etano (uno de los derivados del gas y principal materia prima de las plantas de poliolefinas). Una ley de esta naturaleza debería contemplar esa posibilidad”, precisó un alto ejecutivo de la industria. También se deberían incluir incentivos para garantizar las inversiones en el upstream (exploración y producción de gas) del hidrocarburo que respalden la operación de la planta de licuefacción, agregó.
Si Presidencia avala el proyecto que apadrina YPF, la intención es presentarlo en el Congreso durante los próximos meses del año. Parece casi imposible lograr el tratamiento en plena antesala de las elecciones presidenciales, pero quienes impulsan el proyecto apuntan a darle difusión entre las principales fuerzas políticas con vistas a lograr su aprobación en 2020. El primer paso en esa estrategia es lograr el consenso con el resto de las principales productoras del gas. Por eso, si obtiene el visto bueno de Presidencia, YPF pondrá a disposición de las petroleras el proyecto de Ley para robustecer su defensa. No es el orden de los factores que hubiesen preferido las grandes productoras de gas, pero el hermetismo es la estrategia que eligió YPF para evitar filtraciones que compliquen la validación inicial del Poder Ejecutivo.