Un informe del Ministerio de Energía pronostica que las exportaciones de carbonato de litio se cuadruplicarán en los próximos años. De los casi US$ 200 millones facturados en 2016, se aspira a alcanzar exportaciones por US$ 800 millones.
El vértice de crecimiento de la industria del litio en el país es real. “La Argentina ofrece una oportunidad de inversión atractiva debido a sus depósitos de litio de alta calidad y un Gobierno que apoya la producción eficiente en términos de costos”, destacó en esa línea Fernando Ruíz Moreno, gerente financiero de Minera del Altiplano.
El mercado internacional del litio se encuentra en un ciclo ascendente, cuyo ritmo se ha acelerado en los últimos años, especialmente debido a la demanda de baterías para distintas aplicaciones. Dados los tiempos requeridos para poner en marcha proyectos de gran escala, la oferta no alcanzó a dar una respuesta inmediata, generando fricciones en el mercado que incidieron considerablemente en los precios. La tonelada de carbonato de litio dio cuenta de un incremento del 48,02% al pasar de un promedio de 5.050 USD en 2014 a 7.475 USD en 2016, con picos en el segundo semestre del año que superaron los 9.000 USD.
Argentina fue el país productor más dinámico de los últimos años al pasar, en 2016, del 11% al 16% de participación en el mercado de derivados de litio y dados los proyectos en cartera, puede ser protagonista en un ciclo alcista de los precios. La oportunidad actual radica en desarrollar tanto proyectos en cartera como nuevos en la ola del ciclo, y así tomar la delantera frente al posible ingreso de otros proyectos mundiales, teniendo en cuenta también, que el reciclado comience a aportar un volumen de importancia en el futuro.
Actualmente existen dos proyectos en producción en el país: el Salar del Hombre Muerto/Mina Fénix, que produce desde 1997 en Catamarca; y el Salar de Olaroz en Jujuy que alcanzaría capacidad plena en 2017 tras un año y medio de producción en ascenso. En 2016, Olaroz representó el 6% de la producción mundial y marcó un hito al tratarse del primer proyecto greenfield (“desde cero”) en salmueras tras 19 años. Si consideramos que se materialicen 4 de los proyectos que se encuentran más avanzados, sumándole la ampliación programada por Olaroz, se incorporarían 110.000 toneladas (t) nominales a la actual producción. Esto implica inversiones por 1.500 millones USD y exportaciones anuales (considerando USD 8.000 t), por unos 880 millones USD.
La distribución geográfica de las fuentes mencionadas es variada, destacándose el denominado “triángulo del litio” donde se ubican los salares de Argentina, Bolivia y Chile que representan en conjunto más del 80% de los recursos en salares y más del 60% de los recursos totales.
Toda la oferta doméstica de litio se coloca en el mercado internacional ante la falta de industrias locales que consuman el producto. Las exportaciones de carbonato facturaron u$s 191,1 millones el año anterior. Por lo que en el Ministerio de Energía estiman que las ventas de litio al exterior podrían reportar ingresos por alrededor de u$s 800 millones anuales a partir de la próxima década.