Petrobras iniciará en diciembre el proceso para vender la participación accionaria que mantiene en la petroquímica Braskem, donde tiene una sociedad con la atribulada constructora Odebrecht.

La empresa estatal Brasileña, Petrobras y la empresa Odebrecht se encuentran acelerando pláticas para un nuevo acuerdo accionario que facilitaría la venta, según fuentes con conocimiento del tema.

Petrobras posee 47% y el banco de desarrollo BNDES controla el restante, 2.9 por ciento, mientras que Odebrecht tiene 50.1% accionario de control en Braskem, el mayor productor latinoamericano de resinas termoplásticas.

Braskem informó que estaba buscando elevar el valor para sus accionistas mejorando la gobernanza corporativa a la luz del escándalo de corrupción Lava Jato. Petrobras y Odebrecht han sido dos de los mayores objetivos en las investigaciones de Lava Jato, que en julio derivaron en una sentencia de casi 10 años de cárcel para el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Las empresas anunciaron, el mes pasado, que trabajan en una gran operación de mercado para la petroquímica, con la transferencia de la sede de la empresa a Estados Unidos y la apertura de capital con oferta de acciones en la Bolsa de Nueva York.

Según informes conseguidos el plan considera la pulverización del capital de la compañía y la rescisión del acuerdo de accionistas. La relación entre Petrobras y Odebrecht, que nunca fue fácil, empeoró mucho con la Operación Lava Jato.

Ahora Petrobras y Odebrecht tienen una meta común, aunque con finalidades diferentes: aumentar el valor de Braskem. Es esa perspectiva la que hace al modelo de migración de sede y oferta en los Estados Unidos atractiva a ambas partes, aunque con entusiasmos diferentes.

Braskem ha sido negociada en bolsa con múltiple de EBITDA (que relaciona el valor en Bolsa con el resultado antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) en torno a cinco veces, abajo del nivel de siete veces exhibido por sus pares internacionales. Si la empresa fuera equiparada a sus competidoras, la valorización potencial sería de un mínimo de 40 por ciento.

Petrobras y Odebrecht podrían llevar al frente sus respectivos planes: la estatal, el de vender su participación; y Odebrecht, el de renegociar las deudas del grupo, cuyas finanzas fueron duramente afectadas por la Operación Lava Jato. La transferencia de la sede a Estados Unidos apunta a diversos frentes. La medida alejaría el mando de donde ocurrieron los problemas de corrupción. El gobierno es tema esencial a los inversores, después de que el Lava Jato llevó la empresa a aceptar una multa de casi 1,000 millones de dólares, fijada por el Ministerio Público Federal de Brasil y el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

 

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