La compania necesita el permiso para poder completar el proyecto conjunto que tiene con la rusa Rosneft en el Mar Negro
Exxon Mobil quiere retomar los negocios con la petrolera estatal rusa Rosneft, para poder explotar los yacimientos en el mar Negro. Pero para que eso sea posible debe conseguir antes que Estados Unidos levante las sanciones que aplica a Rusia, una posibilidad remota a la vista la confrontación diplomática que hay entre los dos países. La vía intermedia es conseguir una excepción.
El gigante energético estadounidense acaba de hacer una solicitud formal al Tesoro de EE UU para poder operar con Rosneft sin ser sancionada. Se da la circunstancia de que el actual secretario de Estado, Rex Tillerson, fue consejero delegado de Exxon Mobil hasta finales del pasado año y negoció el acuerdo que permitió la creación de la joint venture con la compañía rusa, hace cinco años.
La asociación de Exxon Mobil y Rosneft maneja cifras colosales. Cuando se anunció, se valoró la inversión en medio billón de dólares. Además del mar Negro también incluía la exploración y explotación de las reservas de hidrocarburos en el Ártico, que no están afectadas por las sanciones. Llevó años negociar el acuerdo mutuo, que ya tuvo que superar la relación de desconfianza entre los dos países.
La petrolera necesita que se relajen las sanciones para poder completar el proyecto, de acuerdo con la información adelantada por The Wall Street Journal. El Departamento de Estado es uno de los que participan en el proceso de consulta. Tillerson, para evitar conflictos de interés, ya anunció que se apartaría de cualquier decisión que durante los próximos dos años tuviera que ver con Exxon Mobil.
Pero cualquier decisión que adopte la administración que preside Donald Trump será revisada a fondo por los miembros del Congreso. Los legisladores en Washington quieren que se intensifique el castigo a Moscú por haber tratado de interferir en las elecciones presidenciales. El FBI está en proceso de investigar en paralelo las conexiones entre la campaña Trump y los servicios de inteligencia rusos.