YPFB quiere pasar página de la polémica sobre la inspección a Boyuy cuanto antes, y más allá de debatir sobre ese campo en concreto, el presidente Óscar Barriga ha fijado objetivo para 2019: la internacionalización, un reto para el que requerirá de planteamientos acertados del Ministerio de Hidrocarburos y una mayor sagacidad de los operadores diplomáticos para concretar ya determinados proyectos. Barriga fijó cinco países clave para concretar este deseo: Brasil y Argentina, que son los mercados tradicionales, además de Paraguay, Uruguay y Perú. “Tenemos un desafío que hemos empezado a trabajar en 2018 y el 2019 tenemos que consolidarlo necesariamente, que es la internacionalización de la compañía”, remarcó a la Red Patria Nueva.

La internacionalización de la empresa supondría, para Tarija,  una mayor posibilidad de colocar su gas en los mercados internacionales, que por el momento se van cerrando paulatinamente ante los avances de los dos mercados tradicionales en su autosuficiencia: Brasil con el Presa y Argentina con Vaca Muerta. Barriga afirmó que YPFB debe estar presente en los mercados de la región, pero no solo para vender gas, sino para comercializar gas licuado de petróleo, isopentanos y urea, entre otros productos. “Debemos permitirle a la empresa ser parte de una cadena con el objetivo de captar mayores recursos para los bolivianos”, remarcó.

Si YPFB logra participar en la cadena de comercialización, no solo con gas natural, significará recursos adicionales que se convertirán en un ingreso adicional para el país, dijo Barriga. La situación con Brasil y Argentina es delicada por los avances soberanos en sus propios yacimientos y también por la tensión política entre el Gobierno de Evo Morales, el de Jair Bolsonaro en Brasil, por muchos favores controvertidos que se hagan con sus extradiciones  y el de Mauricio Macri en Argentina. El primero acaba contrato y quiere dejarlo todo en manos de privados; el segundo necesita cuidar sus dólares y por tanto reducir volúmenes. Ninguno de los dos quiere facilitar la liquidez a un gobierno en las antípodas ideológicas y cuya continuidad es ya un debate continental.

El Ministerio y YPFB tienen las esperanzas puestas en tres proyectos en nuevos países, uno de corte tradicional y dos relacionados a la licuefacción. El proyecto tradicional tiene que ver con el memorándum firmado con el nuevo Gobierno de Mario Abdo a finales de 2018, que viene a dar continuidad a las mismas proyecciones acordadas con el gobierno de su antecesor, Horacio Cartes. El estudio comprometido trata de averiguar si es rentable tender un ducto desde los campos tarijeños hasta Asunción para abastecer de gas al sector domiciliario, pues Paraguay es uno de los mayores productores de electricidad del mundo y con menos de 7 millones de habitantes, medio millón en la capital, tres millones en su área metropolitana.

A principios de año en una reunión entre el Ministro Sánchez y su homólogo peruano Francisco Ísmodes en Santa Cruz, se retomó el proyecto con Perú. Desde el primer Gabinete Binacional, inaugurado con Ollanta Humala, Perú ofreció conectar ductos para alcanzar la planta de licuefacción y crecer en el mercado mundial del Gas Natural Licuado que a través de barcos metaneros abastece el mundo con precios más altos y compromisos más cortos. Sánchez explicó esta vez que ambos países comenzaron a trabajar la agenda energética binacional, que incluye invertir en el puerto de Ilo para construir una planta de licuefacción y exportar gas natural licuado por esa terminar marítima peruana.

Sánchez dijo; “nosotros tenemos interés de hacer inversiones en el Perú, en el puerto de Ilo. Estamos trabajando para poner una gran planta de almacenamiento, para importar gasolina, diésel y crudo y construir un oleoducto hacia la ciudad de La Paz y de ahí lleguen a las refinerías”. En el pasado se mencionó el avance de un estudio del que sin embargo no se informó más. Respecto a Uruguay, desde 2015 se analiza la exportación de Gas Natural Licuado (GNL) a ese país a través de la hidrovía, si bien las crónicas del momento en la prensa uruguaya dio cuenta de sorpresa ante un proyecto de gran magnitud y tal vez difícil rentabilidad salvo que hiciera de puerto de exportación mundial.

Ignacio Soruco, diputado del Movimiento Al Socialismo (MAS), pidió el lunes a las organizaciones sociales y población tener paciencia y esperar hasta mayo para conocer con certeza si el pozo Boyuy X-2 tendrá producción comercial de hidrocarburos o no. “Lo que pido es paciencia y que sean los estudios finales de petrofísica, sísmica y sobre todo los resultados de la exploración en su fase final los que van a definir si existe o no los volúmenes comerciales. Hasta mayo se va a definir si se tiene los volúmenes comerciales o no”, informó a la ABI.

En la actualidad la perforación se encuentra a unos 7.860 metros y el límite es 8.000, sin embargo no se ha logrado concretar buenas noticias sobre los volúmenes a producir.

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