Arriba al estuario de Bahía Blanca la barcaza, “Tango FNLG”,  contratada por YPF para industrializar el gas de Vaca Muerta a bordo del buque de transporte especial “Forte”. Se trata de un proceso inédito en el país que permitirá generar exportaciones en aquellos meses donde ese recurso energético abunde. Al mismo tiempo constituye el puntapié inicial de un proyecto mucho más ambicioso como es la construcción de una planta terrestre de licuefacción en Bahía. Esta vez, y a diferencia de lo que sucedió en octubre de 2018 con la despedida del regasificador y la presencia del presidente Mauricio Macri, no habrá ningún acto político para darle la bienvenida a la barcaza.

Es probable que esta decisión guarde relación con  las versiones que pronostican un posible faltante de gas en invierno y un eventual regreso del buque regasificador. Si bien, como se informó oportunamente, ese escenario fue negado por el gobierno, ese desmentido fue realizado por voceros de segunda o tercera línea que no se identificaron. Esta semana Jorge Lapeña, referente de la UCR en energía y ex secretario del área dijo que “el otoño/invierno 2019 está demasiado cerca como para seguir haciendo política energética con el nivel de profundidad de un trabajo práctico de una universidad argentina de nivel medio”.

Jorge Lapeña aludió, a través de las redes, a los nuevos trascendidos según los cuales la secretaría de Energía decidió que el barco regasificador de GNL que operaba en Bahía no regrese el próximo invierno. Según Lapeña, “el haber eliminado el buque regasificador de GNL en Bahía Blanca puede tener consecuencias políticas y sociales muy negativas para el Gobierno que la adoptó”, y puntualizó que “en un año electoral eso es jugar con fuego”. Días atrás, durante la presentación del proyecto “Tango” en un hotel céntrico de nuestra ciudad, directivos de YPF dijeron no tener información sobre un eventual regreso del regasificador a Bahía. De todas maneras, señalaron que de ser necesario la barcaza que estará destinada a la exportación podría ser corrida de lugar y dejar el sitio de Mega a regasificador.

Luego de un par de meses de ajustes y pruebas técnicas, la barcaza comenzará a convertir en gas natural licuado (GNL) el producto de los yacimientos ubicados en el sur del país, principalmente de Vaca Muerta. Su operación permitirá a la Argentina, por primera vez en su historia, exportar GNL, utilizando los excedentes que existen fuera de la temporada invernal. Se trata del proceso inverso al que vinieron haciendo entre 2008 y 2018 los buques regasificadores. Estos tomaban el GNL importado por medio de barcos metaneros y lo volcaban en estado gaseoso a los ductos troncales, reforzando así la provisión industrial y domiciliaria del país. La “Caribbean FNLG”, ahora rebautizada “Tango FNLG”, fue transportada desde China por el buque especial “Forte”.

La barcaza hará su ingreso al canal principal frente al muelle de Compañía Mega, en el sector de Cangrejales. Luego varios remolcadores se encargarán de ubicar a la planta flotante de licuefacción en su sitio definitivo, donde operaron los buques regasificadores. El arribo de la barcaza fue acordado en noviembre pasado entre el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, y del CEO de la compañía holandesa Exmar, Nicolas Saverys, empresa proveedora de soluciones flotantes para la operación, transporte y transformación de gas.

Se anunció que este proyecto permitirá generar ingresos anuales por más de US$ 20 millones. Se trata del primer proyecto flotante de exportación de GNL en América Latina, el cuarto en el mundo que incluirá a Argentina dentro del selecto grupo de países exportadores como Malasia, Qatar, Nigeria y Rusia, entre otros. La unidad flotante de licuefacción es nueva ya que había sido construida para un proyecto similar en Colombia que no prosperó. Tiene 144 metros de eslora, 32 de manga, por lo que reúne un tamaño equivalente a la mitad de los regasificadores que operaron en el puerto local. Cuenta con una capacidad de almacenamiento de 16.100 metros cúbicos de GNL y de licuefacción de 2,5 millones de metros cúbicos diarios de gas natural y su producción anual es equivalente al consumo de 1 millón de hogares.

Con el proyecto de la barcaza se constituirá la punta de lanza de un proyecto mucho más importante como lo es la construcción de una planta terrestre de licuefacción en Galván.  Hasta se trata de una experiencia piloto donde la Argentina hará sus primeras armas en la exportación de GNL y posibilitará vender el gas que no puede ser almacenado en los meses donde sobra. La barcaza posibilitará exportar entre ocho y diez buques por año mientras que una planta terrestre tiene una capacidad de producción 20 veces mayor. Su costo, entre 4 o 5 mil millones de dólares, hace que  continúe en estudio, aunque en realidad se necesita es una empresa dispuesta a asociarse con YPF en un negocio que escapa a las posibilidades de la petrolera estatal.

 

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