El presidente Mauricio Macri despidió, a finales del mes de octubre del 2018, al buque que permitió importar LNG. En el segundo semestre, espera anunciar que el país volvió a tener excedentes regulares de petróleo. En un contexto en que la inflación no da tregua y alcanza con haber llegado al cuarto mes del año para anticipar que la economía cerrará en rojo, el sector energético incuba una de las pocas buenas noticias que podrá dar la Casa Rosada en materia de actividad en la antesala de las elecciones. Se trata del retorno al club de países que exportan regularmente petróleo, un grupo del que la Argentina no forma parte desde hace 10 años.
La Argentina nunca dejó de exportar crudo denominado Escalante. Es una variedad que produce principalmente Pan American Energy, una compañía conducida por la familia Bulgheroni, de la que también forman parte la china Cnooc y la británica BP. Pero eso ocurre porque es un petróleo denominado pesado y difícil de procesar en las refinerías locales, de menor calidad que otras variedades provenientes de Neuquén (Medanito) o Tierra del Fuego (Hydra).
Se espera que para el segundo semestre, se vuelva a exportar regularmente petróleo denominado liviano, más apetecible para los mercados mundiales, debido al buen comportamiento productivo de la formación de recursos no convencionales Vaca Muerta. Bajo la gestión del exministro de Planificación, Julio De Vido, en los mandatos de Néstor y de Cristina Kirchner, el país perdió el autoabastecimiento de gas y debió importar cada vez más crudo. Pero comenzó a desandar ese camino en los últimos meses, tras el cambio en las políticas para el sector que impulso el exministro de Energía macrista Juan José Aranguren, entre las que se cuentan los aumentos de tarifas y la liberación de los precios de las naftas.
El presidente Macri ya usó políticamente la bonanza energética. El año pasado, junto a Javier Iguacel, sucesor de Aranguren, despidió al barco regasificador Excélsior, amarrado en el Puerto de Bahía Blanca. Su partida significó el final del proceso de importación de combustible iniciado en junio de 2008, con el que se suplía la falta de producción nacional, a un costo promedio que alcanzaba los US$150.000 diarios. Además del costo del GNL importado, el uso del barco regasificador durante esos años sumaron US$1262 millones que el Estado pagó por su alquiler y operación. Si bien es posible que la Argentina vuelva a requerir un buque de características similares, no será lo hará de manera continua, sino sólo en los meses fríos del año.
El país argentino pasó de un superávit comercial energético de US$6.100 millones en 2006 a un déficit de USD 6.900 millones en 2013. Entre esos años, las importaciones energía totalizaron US$50.000 millones. En 2018, el déficit se redujo a USD 2.360 millones y se espera mejorar ese desempeño durante este año. Según los números que maneja el Ministerio de Hacienda, a cargo de Nicolás Dujovne, el país importó petróleo crudo de manera regular desde 2012 para reemplazar la caída en la producción de la Cuenca Neuquina, que comenzó en 2009.
El aumento de la producción de Vaca Muerta revirtió la tendencia, el año pasado, con un aumento en la producción de petróleo de esa geografía del orden del 4,4% y una disminución de las importaciones del 64,6% (en volumen). La saga marcará otro hito el mes próximo: se cumplirán 12 meses consecutivos sin importaciones de petróleo, algo que no sucedida desde el año 2012. En febrero pasado, la petrolera bajo control estatal YPF hizo la primera exportación de petróleo de Vaca Muerta. Fue a Bahamas, representó 489.000 barriles y casi US$29 millones. La Argentina no exportaba petróleo crudo de la Cuenca Neuquina desde el año 2009.
Gustavo Lopetegui, secretario de Energía, pronosticó que a partir de junio las exportaciones de crudo se darán con mayor regularidad y frecuencia. Algunos especialistas sostienen que, en parte, la exportación de petróleo de la formación patagónica está impulsada por sus características. Si bien es liviano, no les resulta óptimo a todas las refinerías locales. Ironías del destino, la segunda exportación de crudo la hizo Vista, mediante la petrolera de Miguel Galuccio, ex presidente y CEO de YPF y allegado al kirchnerismo.