La demanda mexicana de gas natural, para el año 2018, fue de 8,017 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd); 20 por ciento más que lo registrado en 2012 y se prevé que aumente hasta 9,385 mmpcd para 2022; pero incluso con ello, la producción en México fue menor, lo que generó que las importaciones del hidrocarburo incrementaran en los últimos años alrededor de 128 por ciento.
El análisis Gas Natural en México, realizado por Deloitte, expuso que el sector eléctrico demanda la mayor cantidad de gas natural, ya que en 2018 utilizó casi 55 por ciento, mientras que el sector petrolero e industrial requirió 25 y 19 por ciento, respectivamente. Explicó que pese a que la demanda va en aumento, nuestro país ha reducido la producción del gas en 31 por ciento, lo cual ha incrementado la dependencia en 95 por ciento del gas de Estados Unidos.
El Consejo Mexicano de la Energía (Comener), informó que México ocupa el sexto lugar del mundo en reservas de gas y éstas se encuentran en yacimientos no convencionales, como Sabinas, Burro-Picachos (Coahuila) y Burgos, los cuales concentran alrededor de 140 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd); es decir, 85 por ciento de las reservas están en la región noreste del país. Además, sostiene que si se aprovechan las reservas de gas, la producción pasaría de 3 mil 827 a 14 mil 682 mmpcd.
Según el documento del Comener, 7 mil 900 millones de pies cúbicos es el consumo que va en aumento, mientras que las importaciones son de 5 mil 106 mmpcd, en tanto que la producción nacional asciende a 2,795 mmpcd; además de que del gas importado de Estados Unidos entra el 73 por ciento a través de Tamaulipas.
De igual forma la capacidad de almacenamiento de gas por días en nuestro país es de dos días, mientras que Holanda tiene una independencia de 151 días, Alemania de 100 días, Italia, Canadá, Rusia, Estados Unidos y China tienen almacenamiento por 92, 85, 66, 65 y 25 días, respectivamente. Deloitte explica que la dependencia del gas de Estados Unidos se debe a que sus precios promediaron los tres dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu), por lo cual es más accesible para México, que no tiene que hacerlo mediante la vía del gas natural licuado como lo hacen los países asiáticos.
Deloitte prevé que haya un retroceso en la producción nacional superior a 4.0 por ciento; no obstante, son indispensables más iniciativas públicas para detonar la Inversión Extranjera Directa en el sector y atraer capital en el segmento. Datos del Cluster de Energía de Coahuila detallan que además de Sabinas, Burro-Picachos y la Cuenca de Burgos, México también concentra reservas de gas natural en el Golfo de México, Tampico-Misantla y en Veracruz, con 40, 35 y 9 millones de pies cúbicos diarios.
De incrementar la producción en estas reservas se podría obtener gas a precios competitivos, e incluso se podría reducir casi a cero las importaciones en este sexenio. Para ello recomendó dar continuidad a las licitaciones de la Ronda 3.3 que comprende nueve bloques en Tamaulipas, así como una mayor certidumbre a contratos de Pemex con empresas operadoras, más asociaciones para la Ronda 0 e impulsar un régimen fiscal adecuado para detonar el crecimiento de la industria del gas. Además expuso que México está en el sitio 6 de 10 de países con más reservas de hidrocarburos no convencionales, por debajo de Rusia, Estados Unidos, China, Argentina y Libia.
Para Deloitte, una mayor producción de gas natural significaría que el precio al consumidor para el hidrocarburo para uso de autos sería 50 por ciento más barato que la gasolina o diésel, además de que por auto con uso de gas sería el equivalente a retirar 20 unidades de la calle, además de que equivaldría a retirar 95 por ciento de partículas contaminantes. Además de que para 2030 habrá 200 millones de autos que funcionen mediante gas y de ellos más de 20 por ciento de ese mercado se concentrará en América Latina.