En los dos últimos años, 2017 y 2018 Venezuela ha pasado a ser el segundo país de mayor inversiones para Chevrón, solo superado por Kazajistán, con desembolsos por 2.231 millones y 2.676 millones de dólares, montos que representan en promedio 11% de los desembolsos hechos por esta compañía estadounidense en el área de upstream o de producción; y este es uno de los argumentos presentados al gobierno de Donald Trump para mantener la presencia en ese país sudamericano.

Si la Oficina de Control de Activos del Departamento del Departamento de Tesoro de los Estados Unidos (OFAC por sus siglas en ingles) no extiende la licencia más allá del próximo 27 de julio, no solo Chevrón deberá retirarse de Venezuela sino que esto implicara el retiro de Estados Unidos del negocio petrolero en esta nación y eventualmente podría aumentar la presencia de China y Rusia.

La importancia de seguir en territorio venezolano es otro de los aspectos que defienden los ejecutivos de Chevrón ante la OFAC para continuar las operaciones, además de evitar que la compañía afronte perdidas por los activos si no logra que se le extienda la licencia. El reporte anual de Chevrón de 2017 indica que la empresa mixta Petropiar -que es una sociedad que tiene con PDVSA en la faja del Orinoco con una participación de 30%- recibió aportes por el orden de 1.152 millones de dólares; mientras que Petroboscan -al occidente de Venezuela- con 39,2% del capital accionario recibió 1.080 millones de dólares.Esos desembolsos aumentaron en 18,1% para Petropiar y 17,8 en el caso de Petroboscan en 2018 colocándose en 1.361 millones de dólares en el caso de Petropiar y 1.315 millones de dólares en Petropiar